viernes, 11 de diciembre de 2009

One in eight Americans and one in four children.


Cuenta el New York Times que uno de cada ocho norteamericanos y uno de cada cuatro niños están recibiendo "food stamps". En otras palabras, que no tienen para comer.

Aquí tenemos comedores sociales, con éxito arrollador pero sin tanto alcance.

¿A cuántos paisanos les tiene que faltar el sustento para que reaccionemos a una? Pero caso es que estas cosas ocurren fuera de nuestra atención, por cercanas que sean.

El sistema funciona demasiado bien. Vivimos en compartimentos estancos, no hablamos con los vecinos, ni con el fontanero, ni con tenderos, por motivos variopintos pero todos equivocados.

[Editado el 5 de enero de 2010]

Efectivamente, (como anuncian los medios de mayor difusión) lo peor ya ha pasado... Porque ya somos una sociedad dividida y vencida. Lo que aún está por venir son las consecuencias.

Se me ocurre una manera sencilla de comenzar a recuperarnos: Hablar con el de delante en la cola del supermercado, hablar con el dentista, hablar con el barrendero. Desdividirnos?

Suerte en 2010!