miércoles, 22 de junio de 2011

We fool you

Ilustración de 1911:
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* * *
Y un par de links:
  •  ... Both psychotherapy and exercise have been shown to be as effective as drugs for depression, and their effects are longer-lasting, but unfortunately, there is no industry to push these alternatives and Americans have come to believe that pills must be more potent."


    domingo, 12 de junio de 2011

    Interesting times (enlaces)

    Hay mucho que aprender si queremos mejorar las cosas, y precisamente uno de los efectos del movimiento que empezó el 15-M ha sido la expansión de las discusiones que antes estaban restringidas a grupos muy concretos y disconexos. El debate está creciendo en la Red, beneficiándose del acuciante interés y de los contactos que han surgido a raíz del movimiento. Quizás solo sean ilusiones mías pero parece que la sociedad civil se está reuniendo, poco a poco, para pensar y debatir su situación, y las alternativas para el futuro. Vienen tiempos interesantes (cuidado!).

    Algunos enlaces, en orden accidental:
    • Esclarecedor, si no imprescincible artículo: 19-J: Contra el pacto del euro. Democracia real en Europa ¡ya!. Creo que el título desmerece este objetivo y minucioso análisis del "Pacto del Euro". Es largo pero muy explicativo de lo que se traen entre manos los dirigentes europeos: convertirnos, sin paliativos, en esclavos de las multinacionales. Aún más, dirá más de uno... Pues sí.
    ... Pero ¿cómo no? Ya culpamos de la crísis a los emigrantes que trajeron su esfuerzo para beneficiarnos a todos. Políticos desalmados encantados con este 'enemigo' al que agredir en sus campañas. Y por favor que no me venga nadie más con la cantinela de que "por cada moro que trabaja hay tres que han venido a lo que han venido", que es patética, especialmente en un país que se arrojó con furia al burbujismo inmobiliario donde casi los únicos que trabajaban "de verdad" fueron precisamente los emigrantes que ponían los ladrillos y cargaban los sacos de cemento. Mientras tanto la clase media española se beneficiaba de una bonanza económica que aunque insostenible fue real por unos años... ¿Nos creíamos que era por nuestra gran inteligencia y bondad?

    Aquí lo dejamos, no vaya algún xenófobo a sentirse herido...

    lunes, 6 de junio de 2011

    Un millón de átomos

    "Here shall we live in this terrible town
    where the price for our eyes shall squeeze them tight like a fist"
    David Bowie - Slow Burn

    En el apresurado recorrido matinal a veces me ocurren estas cosas. De repente me atraviesa una partícula subatómica que llega del espacio exterior con una velocidad impensable, sin embargo ni la noto porque ha tenido el acierto de pasar sin chocar con ninguno de mis átomos. O quizás sí lo hace, descargándose en algún nervio y provocando una sensación de zumbido absurdo (saco el móvil y nadie me ha llamado). Si un día cayesen muchos de esos sí que lo notaríamos de verdad. Cuestión de probabilidad, que pase una buena ráfaga, un rayo alfa, beta, o gamma, (aunque omega sería la letra más adecuada). Una lluvia atómica, minúscula en la escala universal, nos desharía en humo y carbón a mí y a estos que me cruzo, tan apresurados todos, y tan seguros que parecen sentirse en sus enormes vehículos de acero. Incluso a esa chica que se desplaza tan feliz en su bonita bicicleta.

    Así, me pregunto si seré el único que intuye esa fuerza inmensa que ha de terminar en cualquier momento lo que creó por puro accidente... Y entonces la veo.

    Parece muy triste sentada en un escalón, envuelta en una manta y con una botella de agua por compañera. No parece una sin-techo, al menos no una que lo haya asumido aún. ¡Ay, esa cara de pena! Ver algo así me hace titubear; pero las piernas saben bien su camino. Aún no sé qué pensar y ya he pasado de largo. Por qué no le hablo, me intereso por su situación, le hago ver que somos todos hermanos, y así de paso me lo demuestro a mí mismo. Pero ya estoy lejos, es muy fuerte la rutina. Me doy cuenta de que tengo el corazón de piedra; pero si hoy voy con tiempo de sobra! Me detengo, y haciéndo como si fuese a cruzar la calle vuelvo la mirada. No cuesta pasar desapercibido mientras observo, desde luego no soy el protagonista de la mañana en esta calle. Otros pasan, lo mismo piensan como yo, quién sabe, pero disimulan igual o mejor. No quiero perder el momento pero lo más que aventuro es a robar disimuladamente una pobre foto.


    En la oficina estaré a salvo, me podré concentrar en interminables problemas abstractos que me ayudarán a olvidar la tristeza de esa chica, y las tristezas de muchos otros. Ya he doblado la esquina, casi estoy ahí... Veinte minutos antes de lo normal.

    * * *

    Hoy si la vuelvo a ver le hablaré, porque me hubiese gustado contar eso de mí, que paré y me interesé por la chica triste... Pero ya no está.