viernes, 16 de mayo de 2008

Una madera especial que es venenosa pero huele a rosas

--Yo no sirvo para estar en casa mirando la pared.
--Claro que no, si este hombre parece que acaba de saltar de una bicicleta, ¿qué edad tiene... si... no... es... mucho...? --Pregunta un curioso hombre curioso, de rizos rubios y ojos claros pero no resulta guiri, con un traje poco pretencioso.
--Tengo ochenta y cinco años.
--Ochenta y cinco, --repite una mujer de mediana edad-- fíjate, ¡yo le echaba ochenta!
--A mi me gustan las miniaturas. --Comienza a hablar de su hobby el enjuto anciano, animado. --Le he hecho a mi mujer un zapato-joyero... Es un zapato de mujer, ¿sabe? Y he hecho un libro-petaca que tiene ocho tipos diferentes de madera. Las tapas son de una madera especial que es venenosa pero huele a rosas. Hasta tengo el pupitre que usaba cuando era niño, con los lápices y todo, figurados, y la cajonera, ¿sabe cómo es un pupitre?
--Huy, este señor es muy joven para eso. --Afirma la mujer acerca del señor curioso, que aparenta unos cuarenta años de edad.
--Pues si este hombre se dedicara a ver la tele --insiste el señor curioso en su tesis-- no estaría así, que parece que acaba de dejar la bicicleta ahí fuera. --Y la verdad es que el viejo parece dispuesto a dar un brinco en cualquier momento.

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