lunes, 2 de junio de 2008

Cruel esperanza

"La esperanza es el más cruel de los males, pues prolonga el tormento del hombre."
-- Friedrich Nietzsche
España «invierte» al año en juegos de azar más dinero del que hay en el Fondo de Reserva de Pensiones
Creo que la Lotería es el impuesto 'especial' de los pobres. Abastece directamente las arcas del Estado con una parte importante, y es razonable pensar que los pobres le dedican más recursos que los ricos. El mero hecho de participar en juegos de azar es en última instancia una declaración de pobreza. Me pregunto cuántos de los afortunados que captan un premio 'gordo' dejan de sentirse pobres y por tanto de participar.

Ciertos jugadores jugamos como último recurso para conseguir cosas que de otra forma no esperamos lograr. Jugamos porque nos falta fé en que lograremos procurarnos por otras vías algo que queremos. Así, nos refugiamos en la pequeña pero cómoda esperanza que proporciona el juego en alguna de sus mil caras. Esta especie de opio sicológico acarrea efectos secundarios: su efecto anestésico merma la ambición de mejorar, las inevitables pérdidas minan la moral, y por sutiles mecanismos nos vamos enganchando paulatinamente.

Hoy reniego de la cruel esperanza del juego. Renuncio al sueño latente de que un día ganaría un gran torneo de Póker. Me cansé de buscar el pleno al quince en el pajar de las estadísticas futbolísticas. En general, huiré de todo aquello que ostente el engañoso lema "gana sin trabajar".

Y lo que apostaba al azar, precioso tiempo y algo de calderilla, lo apostaré a mi mismo.

No hay comentarios: