BODY DUET
JUST DANCE
National Chamber Choir
EULOGIES
NIÑO AHOGADO
en propiedad abandonada
Érase una vez una mañana soleada y una bacteria en el fondo de un bote lleno de agua azucarada. Come que te come, la bacteria era feliz. A los sesenta segundos de edad sintió la hora de multiplicarse, así que se dividió en dos. Entre las dos hermanas podían comer el doble de rápido, y con la tranquilidad de que había comida y espacio de sobra.
Pero también a ellas les llegó la madurez a los sesenta segundos, y con ella la hora de reproducirse. Así lo hicieron, y las cuatro primas se separaron en busca de más espacio y azúcar... La vida seguía su curso y a los seiscientos segundos y diez generaciones desde la llegada de la primera, un poco más de mil bacterias poblaban un microscópico rincón de su tarro esencial. Y así, generación tras generación, se lanzaban cada minuto con redoblado esfuerzo a la conquista de nuevos territorios y recursos.
Al anochecer se podía apreciar un grueso poso oscuro al fondo del bote. El próspero país de las bacterias, fruto de incontables generaciones de consumo y expansión sin descanso. Tal es la naturaleza de las bacterias, que nada les para en su búsqueda de la felicidad, ni del azúcar necesaria para ella. De ese modo las siguientes cien generaciones siguieron haciendo honor a sus ancestros, segundo a segundo, minuto a minuto...
Un minuto antes de la media noche, el bote estaba medio lleno. Muchas bacterias aún veían un espacio inmenso que ocupar y una cantidad infinita de recursos en su mundo. Especialmente las que estaban arriba, ya que tenían fácil acceso al agua limpia y con alta concentración de azúcar, y así lo hacían saber a sus congéneres: "hay de sobra!". Pero no hacía falta, pues la naturaleza de estas bacterias es tal que mientras puedan siguen luchando, comiendo, expandiéndose, y reproduciéndose.
Al tocar la media noche, conquistaron el último rincón del bote. No quedaba una molécula de azúcar por consumir ni una gota de agua por conquistar. Salvo, quizás, la de dentro de las bacterias más desafortunadas.